Grupo B: Silvestres alimentarios y medicinales
SECTOR DEL JARDÍN: Pequeña laurisilva
SECTOR DEL JARDÍN: Pequeña laurisilva
El género Chrysanthemun ya fue estudiado en el Tratado de Agricultura Natural, allí se puede consultar sobre esta sugestiva planta arbustiva perenne, con las características generales y específicas de cada especie, junto con sus valores medicinales. Sin embargo, aunque fue mencionada la especie oriental, no se detalló ni el nombre de la especie en particular, ni sus interesantes usos y beneficios. Aprovecharemos esta publicación para presentar a esta planta y hablar un poco de ella.
Nos estamos refiriendo al Chrysanthemun morifolium, un excelente vegetal originario de la China que se llama comúnmente como crisantemo de bola o margarita de invierno. Este pequeño arbusto florece en el otoño y muestra una belleza inconfundible que puede perdurar hasta bien entrado el invierno.
Sobre sus atributos, destacar que es muy común en China usar las flores y las hojas en ensalada para combatir las fiebres, también se usan en infusión, tanto raíces como flores y hojas, para aliviar cuestiones del pulmón o del hígado, así como para resfriados, gripes y otros procesos respiratorios.
En este jardín contamos con unos cinco o seis arbustos bien acomodados en las sombras del bosque dentro del sector de la Pequeña laurisilva. Con más de siete años de antigüedad, se han mantenido a lo largo del tiempo sin muchos cuidados gracias al ambiente equilibrado donde viven. Sus espectaculares hermosuras nos llenan los días de otoño de álgidas contemplaciones.
Los ejemplares que se muestran en la imagen, se sitúan concretamente bajo un alcornoque y un arce japonés y junto a un grupo de Iris germánica, otra medicinal excepcional.
En esta segunda imagen que muestro, podemos apreciar los crisantemos de bola durante su primeros años de plantación visto desde el otro lado. Aún conservaban ese aspecto artificial de vivero. Es impresionante comprobar cómo su naturalización producida a través de los años, ha provocado un cambio espectacular en sus formas y en sus colores. Hemos de reconocer que la expresión y belleza natural supera con creces a la artificial.
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