Buxus sempervirens

 

GRUPO A: Silvestres -Bosques subtropicales calientes y laurisilvas-

SECTOR JARDÍN: Laurisilva

Con el enfriamiento del terciario, los bosques templados caducifolios se desplazaron hacia el sur y muchas de estas especies lograron bajar, incluso, hasta el Mar de Alborán.  

Sin embargo, ya casi relegadas las laurisilvas, lo que caracterizó a las zonas más sureñas del oeste de Europa fueron los bosques subtropicales caducifolios. Géneros como Castanea, Juglans, Zelkova, Parrotia, Pterocarya, Gleditsia o Diospyros, en las montañas medias, configuraron esos bosques en el archipiélago Africano-Europeo. 

Dentro de estos bosques subtropicales caducifolios, en el sotobosque, vivían numerosas especies perennifolias como fueron el ojaranzo, el laurel cerezo y el boj. 

El boj -Buxus sempervirens- es una de esas especies siempreverdes interesantísima a tener en cuenta. El ejemplar que muestro lo albergué hace bastantes años siendo muy pequeño, bajo un pino piñonero; crece ya altivo y saludable en este ambiente sombreado. La memoria histórica de las plantas es asombrosa, lo que nos da un hilo muy fino entre lo que consideramos autóctono o alóctono. Con todo ello, en el sur de Andalucía, rondando las costas orientales de las Sierras de la Axarquía de Málaga, entre otros pocos lugares de España, tenemos un boj endémico llamado Buxus balearica, es una especie a tener en cuenta, pero a sabiendas de que no crece bien en zonas más altas y frías. De momento, en este jardín, que nos encontramos a 800 metros de altitud, no hemos tenido suerte con esta especie. Quizás encontremos otra ocasión para intentarlo de nuevo.  

El boj, tanto en sus hojas como en sus frutos es tóxico y, aunque tiene usos medicinales dentro de la farmacopea, debido al contenido de sus alcaloides, no lo podemos tomar de manera en infusiones u otros medios naturales.