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| Arbutus unedo y Acer platanoides. J.botánico Jamchen |
GRUPO B: Silvestres frutales -Laurófilas mediterráneas alimentarias y medicinales-
SECTOR DEL JARDÍN: Laurisilva
El madroño -Arbutus unedo-, es uno de esos arbolillos frutales silvestres descendientes de las laurisilvas que se adaptaron al Mediterráneo y sus tiempos estivales secos.
Es una opción muy recomendable para mezclar con nuestros otros frutales y árboles silvestres. El que muestro en las imágenes convive bajo un alcornoque y un par de manzanos.
Es digno de mención como crece altivo entre las ramas del madroño un ejemplar de arce real -Acer platanoides- (foto 1). Después de años encaramado entre las hojas del madroño, por fin el arce cogió su sitio y ya toca sol por su copa.
Hay un respeto impecable entre las diferentes especies, lo que podríamos considerar competencia es, en realidad, una maravillosa convivencia.
Los frutos del madroño son comestibles y deliciosos, aunque pueden ser pesados si se consumen en exceso. De ahí que ya, desde muy antiguo, recomendaban no abusar de su consumo. Como buena fruta silvestre que es, sus contenidos medicinales son excepcionales, con abundantes polifenoles, antioxidantes y vitamina C, que le otorga fuerza y poder para el rejuvenecimiento celular. Las hojas y corteza también contienen propiedades, gracias a un compuesto llamado arbutina y su contenido en taninos.
Es esta una especie abundante en este jardín. Hay catalogados quince ejemplares adultos bien establecidos.


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